domingo, 28 de febrero de 2010

Cuando la motivación entra en juego

Seguro que la mayoría de vosotros ha pasado por muchos estados de ánimo diferentes en las empresas en las que ha trabajado, un día te levantas y ya no te apetece ir a trabajar, eres capaz de imaginar un millón de sitios en los que preferirías estar.

Esta situación no tiene nada que ver con la que se vive al empezar en cualquier empresa o puesto, cuando vuestro estado motivacional está en la cúspide, parece que te puedes comer el mundo, faltan horas en el día para hacer todo lo que se te ocurre y cuando sales de trabajar ya estás pensando en lo que vas a hacer al día siguiente, porque hoy te ha faltado tiempo.

Pero un “estado de ánimo” negativo es más peligroso de lo que parece ya que es continuo, está presente en todas vuestras decisiones, actos y relaciones con los compañeros. De ahí la importancia de tratar de evitar los estados de ánimo negativos, de saber detectarlos cuando ya es tarde y de poner soluciones.

En la siguiente matriz se identifican los cuatro estados motivacionales por los que puede pasar una persona dentro de una empresa:

 

Siendo:
  1. El primer estado en el que nos encontramos, aquel en el que te sientes totalmente identificado con la empresa, es como si ésta fuera tuya también y no escatimas en tiempo y esfuerzo para sacarla adelante. Este es el estado que ha de potenciarse desde la empresa, siendo las personas que se encuentran aquí las “Fundamentales”.
     
  2. El siguiente estado por el que se pasa es aquel en el que realizas tu trabajo de forma profesional, llegando a tiempo a los plazos y asumiendo responsabilidad, sin embargo tu nivel de compromiso con la empresa disminuye, ésta ya no es lo único sino que no te importaría irte a otra empresa siempre y cuando el proyecto que te ofrecen te guste más.
     
  3. Este estado empieza a ser peligroso puesto que la desmotivación empieza a entrar en juego, es cuando cada tarea nueva deja de ser un reto motivador y empieza a ser todo lo contrario. Empezamos a buscar trabajo fuera y desatendemos nuestras responsabilidades, aunque nuestro potencial sigue estando ahí.
     
  4. Cuando la desmotivación empieza a autoalimentarse sin control el trabajador pasa a ser un problema para él y para la empresa, ya que este estado negativo le afecta tanto en lo profesional como en lo personal y cada situación es negativa. El trabajador pasa de querer irse a querer que lo despidan y a ver a la empresa como el enemigo pasando entonces al boicot. 
Siempre hay que tratar de situarse en los cuadrantes uno o dos. Si detectamos que estamos o que alguien a nuestro cargo está en el tercero hay que tomar acciones cuanto antes, ya sea cambiando de área, de responsabilidad o de empresa. Nunca hay que llegar al cuarto cuadrante ya que es tóxico tanto para la empresa como para el trabajador.

"El que no sabe lo que busca no entiende lo que encuentra."

Claude Bernard



No hay comentarios:

Publicar un comentario