La forma de dirigir de nuestro jefe nos gusta mucho o nos disgusta enormemente, no hay término medio. Claro está que no nacemos enseñados y de ahí la importancia de conocer qué posibilidades existen, qué tipos de dirección, con cuál nos sentimos identificados y cuál nos gustaría aplicar.
En este post quiero hablar de los estilos de liderazgo que hay, tal y como los identificó Lewin en torno al 1931, ya que el resto de los estilos que se encuentran en la bibliografía se pueden identificar como una mezcla de éstos tres: “Estilo Autocrático, Estilo Democrático y Estilo Liberal”
Estilo Autocrático o Autoritario:
El jefe autocrático es el típico centralizador de información, todo pasa por sus manos, él toma todas las decisiones, hasta las que menos valor aportan. Suele dirigir a través de castigos y recompensas dando órdenes y saltándose los nveles jerárquicos a su antojo.

Consigue resultados mientras está presente (momentos en los que el nivel de autosuficiencia e iniciativa de sus subordinados cae en picado), claro que, cuando su equipo crece empieza a sentir que el día no tiene suficientes horas para hacer todo lo que tiene que hacer.
Estilo Democrático o Participativo:
El jefe democrático (difícil de encontrar aunque saliendo de las listas de sujetos en peligro de extinción) fomenta la participación de sus colaboradores, la iniciativa y la formación.

Suelen ser carismáticos y consiguen el nivel de motivación, implicación y fidelidad más alto en sus equipos de trabajo. Además consiguen irse de vacaciones sin que los asuntos del área se paren o todo se vuelva un caos.
Estilo Liberal o Laissez Faire:
El jefe liberal es el que deja a sus empleados a su aire, pensando que cuando alguien se enfrenta a un problema, por él mismo y a solas, consigue la mejor forma de adatarse y encontrar la solución. Le gusta cuando éstos son empleados acomodados y que no hacen preguntas incómodas (ya que no suele conocer las respuestas), que no se planteen nuevos métodos o procesos y/o si los que hay funcionan bien o pueden ser mejorados.
Utiliza procedimientos y procesos de otras personas y demuestra poca participación en los intereses generales, se esfuerza poco para contribuir en los proyectos o tareas, se expresa de forma poco clara y poca precisa a la hora de marcar lo objetivos. No se posiciona cuando las opiniones de sus colaboradores son contrarias a la suya y ésto pueda llevar a una confrontación.
En los equipos donde hay un líder liberal, las personas conformistas y que buscan estabilidad están muy a gusto, las personas con iniciativa, expectativas, ganas de crecer y mejorar se sienten incómodas y acaban marchándose.
A continuación podéis ver un experimento muy interesante, que se hizo en los años 30 en Alemania en plena hegemonía de la dictadura, sobre estilos de liderazgo.
In business, you don´t get what you deserve, you get what you negotiate.
JEJEJE! Yo añadiría un tipo de liderazgo más: el demagógico, el que pretende ser un líder democrático mediante sus habilidades de seducción/manipulación (y pseudo-democracia), pero que a la larga resurge el verdadero autócrata que lleva dentro latente, para luego converger al Laissez Faire... ejem ejem!
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